lunes, 16 de enero de 2017

El Hospital Costa del Sol de Marbella aplica un protocolo pionero para detectar la burundanga en robos y violaciones

El Hospital Costa del Sol de Marbella aplica un protocolo pionero para detectar la burundanga en robos y violaciones 

Desde hoy, los profesionales del centro sanitario recogerán muestras de sangre, orina y cabello a las víctimas de delitos cuya sintomatología indique que han podido ingerir drogas de sumisión química

Despierta en la cama de un extraño, desnuda. «¿Cómo he llegado hasta aquí?», se pregunta. No bebió tanto, apenas un par de copas, pero la noche está llena de lagunas. Sólo algún flash suelto. Sí, hubo sexo, pero ella no fue parte del acuerdo. «Las víctimas lo describen como una experiencia onírica, como si abandonaran su cuerpo y observaran desde fuera una escena en la que aparecen, pero que escapa a su control», cuenta un médico forense que ha tratado decenas de casos de violaciones donde, por el relato de las afectadas, tuvo casi la certeza de que les habían suministrado burundanga. Pero nunca pudo comprobarlo.


Consejos

1. Ojo con las consumiciones.Evitar perderlas de vista al dejarlas en la barra y nunca aceptar una invitación de un desconocido.
2. Compañía. Procurar no ir solos a los lugares de ocio. Si te marchas porque te encuentras mal, pedir a alguien de confianza que te acompañe.
3. Itineario. Antes de irte, cuéntale a tus amigos hacia dónde te diriges para que siempre haya alguien que lo sepa.
4. Síntomas Si sospechas que te han drogado, échate inmediatamente al suelo y haz gestos exagerados, como si tuvieses convulsiones. Eso puede contribuir a que el violador se vaya y a que alguien te ayude.
5. Denuncia. Si crees que has sufrido una agresión sexual mediante el uso de narcóticos, pide ayuda a las Fuerzas de Seguridad y acude rápidamente a un centro sanitario. Las drogas que provocan la sumisión química se eliminan del organismo con mucha rapidez. En sangre no duran más de seis u ocho horas.
Hasta ahora. Las autoridades judiciales, policiales y sanitarias han puesto en marcha en el Hospital Costa del Sol un protocolo pionero en toda Andalucía, y casi inédito en España, para detectar sustancias que provocan la «sumisión química», es decir, que anulan la voluntad de quienes las ingieren y las dejan a merced de los que las suministran. «Ya está todo preparado. Desde este mismo fin de semana, podemos tomar las muestras si se presenta un caso sospechoso», explica la doctora Carmen Agüera, adjunta a la unidad de Urgencias y responsable del protocolo en el hospital marbellí. De hecho, en las dos violaciones que se investigan en Marbella y Estepona, y que ayer publicaba este periódico, ya se ha aplicado.

La «preocupación» de las autoridades, avalada por las cifras –las agresiones sexuales tratadas en 2016 por el Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga aumentaron un 35%–, surgió entre los profesionales que trabajan directamente con las víctimas, esto es, policías y profesionales sanitarios de la Costa occidental. De los comentarios de pasillo se pasó a una mesa de trabajo creada hace ya un año y en la que se sentaron el forense Sergio Fernández Gorostiza, del IML de Marbella; la doctora Agüera; la directora y el coordinador del Servicio de Laboratorio, María Luisa Hortas y Miguel Cantero; y el asesor jurídico del Costa del Sol, Andrés Sedeño; además de responsables de la Guardia Civil y la Policía Nacional, con el comisario de Marbella, Enrique Lamelas, a la cabeza.
El principal problema pasaba por definir qué sustancias provocan la sumisión química y cómo detectarlas. La burundanga, también llamada droga de los violadores o polvo del diablo, es quizá la más famosa, pero no la única. «La burundanga es una mezcla de distintas sustancias, algunas de ellas procedentes de fármacos que se usan en hospitales como anestésicos o preanestésicos, y que tiene un efecto hipnótico-sedante», aclara el director del IML para la provincia, José Caba.
Protocolo
Si la ingesta se produce en las últimas 24 horas: Se toman muestras de sangre (cuatro tubos), orina (dos tubos) y cabello
Si se realiza entre las 24 y 72 horas previas:Se recogen muestras de orina y cabello, ya que las drogas de sumisión química desaparecen en sangre entre las seis y las ocho primeras horas
Si han transcurrido más de 72 horas:Sólo se toma una muestra de cabello, siempre de la cabeza
La clave del cabello:La primera muestra, la que se recoge en el hospital, es de control, ya que una sustancia sólo se puede detectar en el pelo cuatro semanas después del consumo, por lo que hay que tomar otra muestra al mes.
Aunque a veces también se la llama escopolamina, un alcaloide que está presente en las plantas solanáceas y que es el principio activo de algunos medicamentos, no son sinónimos; en realidad, se trata de una sinécdoque, confundir la parte con el todo, ya que la escopolamina sólo es uno de los principios activos que se utilizan para crear la burundanga. También hay casos descritos de violaciones mediante el uso de gammahidroxibutirato, más conocido en el mundo del ocio nocturno como GHB o éxtasis líquido, un potente depresor del sistema nervioso central. «El problema de estas sustancias –continúa Caba– es que se eliminan muy rápido del organismo y son muy difíciles de detectar». De ahí la importancia de denunciar lo antes posible y de la inmediata recogida de muestras por parte del personal sanitario. «Para ello, vamos a impartir desde esta misma semana sesiones informativas a nuestro personal, desde médicos, enfermeros y auxiliares de enfermería hasta celadores (implicados en la cadena de custodia), para que sepan qué muestras tomar, los documentos que hay rellenar y todos los pasos que deben dar», asegura la doctora Agüera.
El protocolo se aplicará cuando el profesional sanitario, al escuchar al paciente, observe síntomas que encajan con la sumisión química, o bien cuando las Fuerzas de Seguridad lleven al hospital a una víctima de un delito que en su relato describa el mismo cuadro clínico. En todos los casos, el afectado deberá firmar un consentimiento informado. A partir de ahí, se contemplan tres escenarios diferentes. Si han pasado menos de 24 horas de la posible ingesta, se toman muestras de sangre (cuatro tubos), orina (dos) y cabello. Si ocurrió entre 24 y 72 horas, sólo se recogen de orina y pelo, ya que en sangre desaparecen muy rápidamente. Si han transcurrido más de 72 horas, sólo sirve el cabello.

De leyenda urbana a realidad

Durante años, el uso de la burundanga en robos y violaciones había sido considerado por muchos un mito, una leyenda urbana importada de Sudamérica con la que justificar la vergüenza por haber hecho algo indebido tras tomar unas copas de más. Y no son pocas las víctimas que se han quejado de la incredulidad y el escepticismo de algunos investigadores. El primero que dio la voz de alarma, hace ya seis años, fue el forense José Manuel Burgos, del IML de Málaga. Ya entonces, hablaba de una veintena de casos sospechosos y reclamaba, a través de las páginas de SUR (ver edición del 17-07-2011), protocolos específicos en hospitales públicos. El tiempo le ha dado la razón y ha demostrado que el mito era una realidad.

Perfil de la víctima

Según una investigación del Hospital Universitario Son Espases (Baleares)
Sexo. Mujer.
Edad. 20 a 30 años.
Nacionalidad. Extranjera.
Consumo. Toma alcohol con alguien a quien acaba de conocer.
Síntomas. Acude a urgencias en las primeras 24 horas con amnesia.

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