Pueblos abandonados en busca de habitantes ¿quieres ser uno de ellos?
10 junio 2013 por Jennifer García
Hacer una lista de todos los pueblos que están en peligro de despoblación o sencillamente, despoblados es complicado. Por esta razón poco a poco vamos incluyendo más localidades con estas características. La tendencia que marcó la segunda mitad del siglo pasado sobre la emigración masiva a las ciudades ha dejado en el interior peninsular un enorme vacío que ahora llama la atención de muchos amantes de lo rural. Volver a poner en funcionamiento pueblos con decenas de años sin presencia humana no es fácil, pero con esfuerzo algunos proyectos están saliendo adelante.
Como ya comentábamos en anteriores post donde también hablábamos sobre la búsqueda de habitantes, hace algunos meses, Castelnou (Teruel) ha sido uno de los pueblos que más ha trabajado por volver a encontrar población que lo habite. La caravana de niños que el ayuntamiento puso en marcha allá por el 2010, cuando tan sólo vivían 130 habitantes, ha tenido el resultado esperado. Desde aquella fecha, 100 nuevas personas han instalado su residencia en el pueblo.
Rubiá (Orense): la reciente llegada de una familia con tres niños hizo posible el objetivo de los pocos habitantes que aún residían allí: que la escuela de primaria siguiera abierta. La principal razón de que comenzaran a llegar nuevos ciudadanos estuvo en el precio del alquiler de la vivienda, bastante económico, entre los 100 y 150 euros mensuales. Estas circunstancias permitieron que los niños aumentaran de 14 a 32, pudiendo mantener así, con vida la escuela pública.
Vilariño de Conso (Orense): otro pueblo situado muy cerca de Rubiá, ha logrado aumentar su población con habitantes llegados de toda España: Madrid, Ciudad Real, Valencia, Barcelona… A los alquileres baratos se le sumó la amabilidad de los lugareños que cedían desinteresadamente sus huertas y sotos de castaños a los recién llegados para que fueran trabajados por ellos.
Torrecilla del Ducado (Guadalajara). Pueblo pequeño, del centro peninsular que a mediados del siglo pasado pierde toda su población. Es la tónica general de mucho municipios que a pesar de estar bien comunicados y cerca de núcleos habitados (como es este caso) pierden su población en favor de las grandes ciudades. Desde 1960 no habita nadie.
Miravete de la Sierra (Teruel) o más conocido como “el pueblo en el que nunca pasa nada”. Con este original eslogan presentaron en el año 2.000 un programa a través del cual se intentaría repoblar el pueblo ofreciendo a los recién llegados trabajo y viviendas familiares. Desde entonces la población ha aumentado en un 489%, residiendo en la actualidad más de 700 personas.
Esto son tan sólo unos sencillos ejemplos del “drama” que llevan viviendo centenares de pueblos desde hace decenas de años. La ilusión y el trabajo de quienes aman el ámbito rural han sido los responsables de que algunos de ellos han podido salir adelante y devolverles la vida que perdieron en el siglo pasado.
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